- Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
- Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
- No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
- No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.
- Vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
- Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
- Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
- Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
- Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
- Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
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