Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que no tenía quien le ayudara. Venía sobre mí la bendición del que estaba a punto de perecer, y el corazón de la viuda yo llenaba de gozo.
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.