- En el principio era el Verbo,
el Verbo estaba con Dios
y el Verbo era Dios. - Todas las cosas por medio de él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. - La luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no la dominaron. - Mas a todos los que lo recibieron,
a quienes creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. - Y el Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;
y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre. - A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.
- Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Sobre quien veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo.”
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.Plan de lectura de la Biblia
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