24 de octubre de 2016

¡Él apaga la sed del sediento,
y sacia con lo mejor al hambriento!

Porque sacia al alma menesterosa,
Y llena de bien al alma hambrienta.

Porque sacia al alma menesterosa,
y llena de bien al alma hambrienta.

Porque Él ha saciado al alma sedienta,
y ha llenado de bienes al alma hambrienta.

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Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben.

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