Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió.
Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
Jesús les respondió y dijo: —Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió.