Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios —aclaró Jesús.
Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
Él les dijo: —Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
Y Él respondió: Lo imposible para los hombres, es posible para Dios.