Versículos de la Biblia sobre los Niños
- Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos».
- Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
- Instruye al niño en el camino correcto,
y aun en su vejez no lo abandonará. - ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho,
y dejar de amar al hijo que ha dado a luz?
Aun cuando ella lo olvidara,
¡yo no te olvidaré!
Grabada te llevo en las palmas de mis manos;
tus muros siempre los tengo presentes. - La corona del anciano son sus nietos;
el orgullo de los hijos son sus padres. - Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.
- Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.
- Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados.
- Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.
- Queridos hijos, apártense de los ídolos.
- Dichosos los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios. - Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.
- Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.
- El necio desdeña la corrección de su padre;
el que la acepta demuestra prudencia. - Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
- ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.
- El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
- ¡Ojalá su corazón esté siempre dispuesto a temerme y a cumplir todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien!
- Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
- El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
- Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo a ti y a tus descendientes les irá bien, y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor su Dios les da para siempre.
- La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios.
- Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.
- Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»
- Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz.