Versículos de la Biblia sobre 'Alabanza'
- Llena está mi boca de tu alabanza
y de tu gloria todo el día. - Sáname, oh Señor, y seré sanado;
sálvame y seré salvo,
porque tú eres mi alabanza. - Bendeciré al Señor en todo tiempo;
continuamente estará su alabanza en mi boca. - Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera;
y su grandeza es inescrutable. - Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:
Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. - Oh Señor, tú eres mi Dios;
te ensalzaré, daré alabanzas a tu nombre,
porque has hecho maravillas,
designios concebidos desde tiempos antiguos con toda fidelidad. - El principio de la sabiduría es el temor del Señor;
buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
su alabanza permanece para siempre. - Porque tu misericordia es mejor que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré mientras viva,
en tu nombre alzaré mis manos. - Todo lo que respira alabe al Señor.
¡Aleluya! - El Señor es mi fuerza y mi escudo;
en Él confía mi corazón, y soy socorrido;
por tanto, mi corazón se regocija,
y le daré gracias con mi cántico. - Bendice, alma mía, al Señor,
y bendiga todo mi ser su santo nombre. - Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban.
- Alabaré al Señor con todo mi corazón.
Todas tus maravillas contaré. - Te alabaré entre los pueblos, Señor;
te cantaré alabanzas entre las naciones. - Mas yo con voz de acción de gracias
te ofreceré sacrificios.
Lo que prometí, pagaré.
La salvación es del Señor. - Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.
- ¿Por qué te abates, alma mía,
y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez.
¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios! - Porque tú formaste mis entrañas;
me hiciste en el seno de mi madre.
Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho;
maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien. - Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones.
- Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. - Dad gracias al Señor, invocad su nombre;
dad a conocer sus obras entre los pueblos. - Y aquel día dirás:
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
haced conocer entre los pueblos sus obras,
haced recordar que su nombre es enaltecido. - En ti me alegraré y me regocijaré;
cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo. - Porque está escrito:
Vivo yo —dice el Señor— que ante mí se doblará toda rodilla,
y toda lengua alabará a Dios. - Engañosa es la gracia y vana la belleza,
pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada. - Al Señor cantaré mientras yo viva;
cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. - Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas,
y mi alma, que tú has redimido. - Cantad alabanzas al Señor, porque ha hecho cosas maravillosas;
sea conocido esto por toda la tierra. - Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
- Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
- Con mi boca clamé a Él,
y ensalzado fue con mi lengua. - En Dios, cuya palabra alabo,
en Dios he confiado, no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre? - Con rectitud de corazón te daré gracias,
al aprender tus justos juicios. - Cantad a Dios, cantad alabanzas a su nombre;
abrid paso al que cabalga por los desiertos,
cuyo nombre es el Señor; regocijaos delante de Él.
Padre de los huérfanos y defensor de las viudas
es Dios en su santa morada. - Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, y dijo:
Desnudo salí del vientre de mi madre
y desnudo volveré allá.
El Señor dio y el Señor quitó;
bendito sea el nombre del Señor. - A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo,
porque me has dado sabiduría y poder,
y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido,
pues el asunto del rey nos has dado a conocer. - De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
- Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.
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