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Dios (4/4)

Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca de esto, y Él escuchó nuestra súplica.Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.
Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan.Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!
Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional.Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto.
Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.Y nosotros tenemos este mandamiento de él: «El que ama a Dios, ame también a su hermano.»
Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía.Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía.
Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios.Asimismo, a todo hombre a quien Dios da bienes y riquezas, le da también facultad para que coma de ellas, tome su parte y goce de su trabajo. Esto es don de Dios.
Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado.Respondió Jesús y les dijo: —Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado.
Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios.¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del Anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios.Porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios.Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.Después dijo Jehová Dios: «No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él.»
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo.Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo.
¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace.¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Guardarás, pues, los mandamientos del Señor tu Dios, para andar en sus caminos y para temerle.Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y temiéndolo.
No hay santo como el Señor; en verdad, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios.No hay santo como Jehová; porque no hay nadie fuera de ti ni refugio como el Dios nuestro.
El que guarda sus mandamientos permanece en Él y Dios en él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Versículo de la Biblia del día

Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor.

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