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Versículos de la Biblia sobre 'Llama'

  • Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
  • Los labios del necio traen contienda;
    Y su boca los azotes llama.
  • Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
    Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
  • El edificó en el cielo sus cámaras,
    y ha establecido su expansión sobre la tierra;
    él llama las aguas del mar,
    y sobre la faz de la tierra las derrama;
    Jehová es su nombre.
  • Cuando pases por las aguas,
    yo estaré contigo;
    y si por los ríos,
    no te anegarán.
    Cuando pases por el fuego,
    no te quemarás,
    ni la llama arderá en ti.
  • ¿Quién hizo y realizó esto?
    ¿Quién llama las generaciones desde el principio?
    Yo Jehová, el primero,
    y yo mismo con los postreros.
  • Ponme como un sello sobre tu corazón,
    como una marca sobre tu brazo;
    Porque fuerte es como la muerte el amor;
    Duros como el Seol los celos;
    Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.
  • Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
  • Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
  • Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
  • Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
  • Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
  • Bienaventurados los pacificadores,
    porque ellos serán llamados hijos de Dios.
  • Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
    llamadle en tanto que está cercano.
  • Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
  • No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
  • Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
  • Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación.
  • Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
  • Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
  • Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
  • Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.
  • Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
  • Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
  • Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.
  • Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
  • De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
  • Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
  • Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
  • No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
  • Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
  • Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
  • Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
  • Porque un niño nos es nacido,
    hijo nos es dado,
    y el principado sobre su hombro;
    y se llamará su nombre
    Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
    Padre Eterno, Príncipe de Paz.
  • Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.
  • Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
  • Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
  • Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
  • Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, m que traducido es: Dios con nosotros.
  • Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
  • Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
  • Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.