Versículos de la Biblia sobre 'Lucas 21'
- También tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
- De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
- Jesús decía:
—Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. - Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: —Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Habiendo dicho esto, expiró.
- No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló cuando aún estaba en Galilea, diciendo: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día.”
- Después los sacó fuera hasta Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Aconteció que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo.
- Entonces el ángel le dijo: —María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
- Respondiendo el ángel, le dijo: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios.
- Pues nada hay imposible para Dios.
- También José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David, para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
- Aconteció que estando ellos allí se le cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
- Pero el ángel les dijo:
—No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo. - Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
- ¡Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra paz,
buena voluntad para con los hombres! - Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
- Respondiendo, les decía: —El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
- Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma; y vino una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.»
- Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre.
- El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón,
a pregonar libertad a los cautivos
y vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos. - No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
- Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, os aparten de sí, os insulten y desechen vuestro nombre como malo por causa del Hijo del hombre.
- Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen y orad por los que os calumnian.
- A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
- Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
- Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
- No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados.
- Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
- El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
- Nadie enciende una luz para después cubrirla con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entren vean la luz.
- Oyéndolo Jesús, le respondió: —No temas; cree solamente y será salva.
- Y tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo, los partió y dio a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente. Comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que les sobró: doce cestas de pedazos.
- Y decía a todos: —Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
- Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
- Y les dijo: —Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió, porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.
- Y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.”
- Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
- Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
- Por eso os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
- Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
- Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!
- Porque nada hay encubierto que no haya de descubrirse, ni oculto que no haya de saberse.
- Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
- ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios, pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
- Y les dijo: —Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
- No os angustiéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido.
- Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; que ni tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
- No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino.
- Pero el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará, y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
- Os digo: no, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
- Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado, y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, eres libre de tu enfermedad. Puso las manos sobre ella, y ella se enderezó al momento y glorificaba a Dios. Pero el alto dignatario de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera sanado en sábado, dijo a la gente: —Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en sábado. Entonces el Señor le respondió y dijo: —¡Hipócrita!, ¿no desatáis vosotros vuestro buey o vuestro asno del pesebre y lo lleváis a beber en sábado? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en sábado? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.
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