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M��a (3/4)

Porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Jehová, roca mía y redentor mío!Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío.
Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la avaricia.Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas.
Pero de día mandará Jehová su misericordia y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe.
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.
Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.
Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
También tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: —Este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí.
Dios es el que me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi vida.Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene.
Mas yo soy Jehová, tu Dios, desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.Pero yo soy el Señor tu Dios desde que estabas en Egipto. No conocerás a otro Dios fuera de mí, ni a otro Salvador que no sea yo.
Guardad mis sábados y reverenciad mi santuario. Yo, Jehová.Observen mis sábados y muestren reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.
Pero yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se levantará sobre el polvo.Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte.
Cuando yo decía: «Mi pie resbala», tu misericordia, Jehová, me sostenía.No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda.
Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón.Tus estatutos son mi herencia permanente; son el regocijo de mi corazón.
Señor, delante de ti están todos mis deseos y mi suspiro no te es oculto.Ante ti, Señor, están todos mis deseos; no te son un secreto mis anhelos.
Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos.Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento.
Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré.Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.
Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros.Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me aborreció a mí.
Jesús les respondió y dijo: —Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió.

Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame en el camino eterno.Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.
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Versículo de la Biblia del día

En mi angustia invoqué a Jehová
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su Templo
y mi clamor llegó hasta sus oídos.

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Versículo de la Biblia al Azar

Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.Siguiente versículo!Con imagen

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