¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
Yo me dejé buscar por aquellos que no preguntaban por mí y fui hallado por aquellos que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: “¡Aquí estoy, aquí estoy!”
¿Qué, pues, diremos? ¿La Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley; y tampoco conocería la codicia, si la Ley no dijera: «No codiciarás».