- Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
- No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.
- Si por causa del día de reposo apartas tu pie
para no hacer lo que te plazca en mi día santo,
y llamas al día de reposo delicia, al día santo del Señor, honorable,
y lo honras, no siguiendo tus caminos,
ni buscando tu placer,
ni hablando de tus propios asuntos,
entonces te deleitarás en el Señor,
y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra,
y te alimentaré con la heredad de tu padre Jacob;
porque la boca del Señor ha hablado. - Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
- ¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o cae, y en pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie.
- Él que anda con sabios será sabio,
mas el compañero de los necios sufrirá daño. - Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
- Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis;
y así sea con vosotros el Señor, Dios de los ejércitos,
tal como habéis dicho. - Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo. Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.
- El que halla esposa halla algo bueno
y alcanza el favor del Señor. - Alégrate en el día de la prosperidad,
y en el día de la adversidad considera:
Dios ha hecho tanto el uno como el otro
para que el hombre no descubra nada que suceda después de él. - Y Él me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
- Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.
- Su señor le dijo: «Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor».
- Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.
- Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
- Ahora bien, un mediador no es de una parte solamente, ya que Dios es uno solo.
- Y el Señor restauró el bienestar de Job cuando este oró por sus amigos; y el Señor aumentó al doble todo lo que Job había poseído.
- Y Él respondió: Lo imposible para los hombres, es posible para Dios.
- Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor;
ningún bien tengo fuera de ti. - Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
- Digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes,
y el hijo del hombre para que lo cuides? - Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
- ¡Oh si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!
- Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.
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