Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. | Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. |
Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. | Por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma. |
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Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo. | Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo. |
Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén. | Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. |
¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! | Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. |
Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente. | De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. |
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. | Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. |
Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios. | Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios. |
También esto viene del Señor Todopoderoso, admirable por su consejo y magnífico por su sabiduría. | También esto procede del Señor de los ejércitos, que ha hecho maravilloso su consejo y grande su sabiduría. |
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. | Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. |
Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo. | Pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios. |
Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. | Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús. |
Así dice el Señor: «Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “No lo seguiremos”.» | Así dice el Señor: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Pero dijeron: «No andaremos en él.» |
El que se aferre a su propia vida, la perderá, y el que renuncie a su propia vida por mi causa, la encontrará. | El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará. |
Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. | Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. |
¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado. | Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. |
Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. | Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. |
Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados. | Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. |
Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos. | Sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio del cual existimos nosotros. |
Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues, si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos! | Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos. |
Pero, mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él. | Así pues, Pedro era custodiado en la cárcel, pero la iglesia hacía oración ferviente a Dios por él. |
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. | Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. |
Aquellos de entre ustedes que tratan de ser justificados por la ley han roto con Cristo; han caído de la gracia. | De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por la ley; de la gracia habéis caído. |
Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto. | Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. |
Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. | Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ese la salvará. |