DailyVerses.netTemasVersículo al AzarRegistrar

Versículos de la Biblia sobre 'Por'

  • Porque por fe andamos, no por vista.
  • Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
  • Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
  • Mas Él fue herido por nuestras transgresiones,
    molido por nuestras iniquidades.
    El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él,
    y por sus heridas hemos sido sanados.
  • Por el camino de la sabiduría te he conducido,
    por sendas de rectitud te he guiado.
  • Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.
  • Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
  • Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos.
  • Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
  • Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos,
    y todo su ejército por el aliento de su boca.
  • Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo.
  • Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
  • Oh Señor, escucha mi oración,
    presta oído a mis súplicas,
    respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia.
  • Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo,
    y si por los ríos, no te anegarán;
    cuando pases por el fuego, no te quemarás,
    ni la llama te abrasará.
  • No a nosotros, Señor, no a nosotros,
    sino a tu nombre da gloria,
    por tu misericordia, por tu fidelidad.
  • Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí;
    me dejé hallar por los que no me buscaban.
    Dije: «Heme aquí, heme aquí»,
    a una nación que no invocaba mi nombre.
  • Abre tu boca por los mudos,
    por los derechos de todos los desdichados.
  • Pero aun si sufrís por causa de la justicia, dichosos sois. Y no os amedrentéis por temor a ellos ni os turbéis.
  • Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.
  • Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.
  • Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa?
  • No devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición.
  • Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación,
    por la gloria de tu nombre;
    líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.
  • Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio,
    cuando cierra los labios, por prudente.
  • Pues el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
  • Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
  • Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
  • Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe?
  • Por tanto, hermanos, sabed que por medio de Él os es anunciado el perdón de los pecados; y que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés, por medio de Él, todo aquel que cree es justificado.
  • Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado.
  • Esta es la palabra del Señor a Zorobabel: «No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu» —dice el Señor de los ejércitos.
  • En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
  • Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.
  • Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
  • Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús.
  • Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.
  • ¿Por qué te abates, alma mía,
    y por qué te turbas dentro de mí?
    Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez.
    ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!
  • Y sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento; antes bien, sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo juicio.
  • Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.
  • Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto por cuarenta días, siendo tentado por el diablo. Y no comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.
  • Nosotros somos judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles; sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será justificado.
  • El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados.
  • El Señor es mi porción —dice mi alma—
    por eso en Él espero.
  • Por la mañana hazme oír tu misericordia,
    porque en ti confío;
    enséñame el camino por el que debo andar,
    pues a ti elevo mi alma.
  • Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no solo creer en Él, sino también sufrir por Él.
  • Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.
  • Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.
  • Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos.
  • Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas.