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Versículos de la Biblia sobre 'Por'

  • Porque por fe andamos, no por vista.
  • Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
  • Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
  • Pues por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
  • Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
  • Mas él fue herido por nuestras rebeliones,
    molido por nuestros pecados.
    Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo,
    y por sus llagas fuimos nosotros curados.
  • Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
  • Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
  • Por el camino de la sabiduría te he encaminado,
    por veredas derechas te he hecho andar.
  • Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.
  • Jehová, oye mi oración,
    escucha mis ruegos.
    ¡Respóndeme por tu verdad, por tu justicia!
  • Así como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí.
  • Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
  • Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos;
    y todo el ejército de ellos, por el aliento de su boca.
  • No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición.
  • Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
  • Cuando pases por las aguas,
    yo estaré contigo;
    y si por los ríos,
    no te anegarán.
    Cuando pases por el fuego,
    no te quemarás
    ni la llama arderá en ti.
  • Pero también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os inquietéis.
  • No a nosotros, Jehová, no a nosotros,
    sino a tu nombre da gloria,
    por tu misericordia, por tu verdad.
  • Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
  • Yo me dejé buscar por aquellos que no preguntaban por mí
    y fui hallado por aquellos que no me buscaban.
    Dije a gente que no invocaba mi nombre:
    “¡Aquí estoy, aquí estoy!”
  • Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
    así clama por ti, Dios, el alma mía.
  • Nosotros —judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles—, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado.
  • ¡Ayúdanos, Dios de nuestra salvación,
    por la gloria de tu nombre!
    ¡Líbranos y perdona nuestros pecados
    por amor de tu nombre!
  • Sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo ni por la tierra ni por ningún otro juramento; sino que vuestro «sí» sea sí, y vuestro «no» sea no, para que no caigáis en condenación.
  • Pero yo os digo: No juréis de ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
  • Pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá».
  • Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?
  • Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oír con fe?
  • Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
  • ¿Por qué te abates, alma mía,
    y por qué te turbas dentro de mí?
    Espera en Dios,
    porque aún he de alabarlo,
    ¡salvación mía y Dios mío!
  • El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
  • En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
  • Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguien tuviera el valor de morir por el bueno. Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
  • Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
  • Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
  • Por tanto, el Señor mismo os dará señal:
    La virgen concebirá
    y dará a luz un hijo,
    y le pondrá por nombre Emanuel.
  • Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre.
  • Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, ya que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado.
  • Nada hagáis por rivalidad o por vanidad; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.
  • Porque por un momento será su ira,
    pero su favor dura toda la vida.
    Por la noche durará el lloro
    y a la mañana vendrá la alegría.
  • «Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré», dice mi alma.
  • Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.
  • No os angustiéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido.
  • Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
  • Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
  • Hazme oír por la mañana tu misericordia,
    porque en ti he confiado.
    Hazme saber el camino por donde ande,
    porque hacia ti he elevado mi alma.
  • Y habrá allí calzada y camino,
    el cual será llamado Camino de Santidad.
    No pasará por allí ningún impuro,
    sino que él mismo estará con ellos.
    El que ande por este camino,
    por torpe que sea, no se extraviará.
  • Ciertamente llevó él nuestras enfermedades
    y sufrió nuestros dolores,
    ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado,
    como herido y afligido por Dios!