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Versículos de la Biblia sobre 'Principe de las Tinieblas'

  • Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
  • El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
  • Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
  • Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
  • La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
  • En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
  • Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
  • Tú encenderás mi lámpara;
    Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
  • No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
  • Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
  • Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
  • Porque un niño nos es nacido,
    hijo nos es dado,
    y el principado sobre su hombro;
    y se llamará su nombre
    Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
    Padre Eterno, Príncipe de Paz.
  • Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
  • El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.
  • Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.
  • No conviene al necio la altilocuencia;
    !!Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
  • Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
  • Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
    Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
  • La justicia engrandece a la nación;
    Mas el pecado es afrenta de las naciones.
  • Del mandamiento de sus labios nunca me separé;
    Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
  • Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;
    No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca.
  • Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
    Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
  • Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
  • Porque mil años delante de tus ojos
    Son como el día de ayer, que pasó,
    Y como una de las vigilias de la noche.
  • Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
  • Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
  • Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
  • !!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! !!Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
  • Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
  • Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
  • Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.
  • El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
  • Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
  • ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz,
    para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?
    Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
    He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida;
    delante de mí están siempre tus muros.
  • Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
  • A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
  • Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
  • Las riquezas de vanidad disminuirán;
    Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.
  • No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
  • De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
  • Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
  • Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.
  • Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
  • No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
  • Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
  • Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
  • Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
  • Muchas son las aflicciones del justo,
    Pero de todas ellas le librará Jehová.
  • ¿No es más bien el ayuno que yo escogí,
    desatar las ligaduras de impiedad,
    soltar las cargas de opresión,
    y dejar ir libres a los quebrantados,
    y que rompáis todo yugo?
  • Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.