- Por tanto, diles: «Así dice el Señor Dios: “Ninguna de mis palabras se demorará más. Toda palabra que diga se cumplirá” » —declara el Señor Dios.
- Hijo mío, si tu corazón es sabio,
mi corazón también se me alegrará. - Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió
con mi gemir durante todo el día. - Él que ama el dinero no se saciará de dinero,
y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias.
También esto es vanidad. - Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.
- Sin consulta, los planes se frustran,
pero con muchos consejeros, triunfan. - Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete.
- Porque tú nos has probado, oh Dios;
nos has refinado como se refina la plata. - ¿O puede caminar un hombre sobre carbones encendidos
sin que se quemen sus pies? - La memoria del justo es bendita,
pero el nombre del impío se pudrirá. - Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz.
- Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es. Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro.
- El hombre prudente ve el mal y se esconde,
los simples siguen adelante y pagan las consecuencias. - Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
- Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.
- El necio no se deleita en la prudencia,
sino solo en revelar su corazón. - Hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu desde lo alto,
el desierto se convierta en campo fértil
y el campo fértil sea considerado como bosque. - El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido.
- Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración.
- La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
- De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
- Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.
- Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad.
- Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
- Enseña al niño el camino en que debe andar,
y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
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