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Versículos de la Biblia sobre 'Serán'

  • Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.
  • Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
  • Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
  • Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
  • Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
  • Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
  • Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería.
  • Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
  • Pues todos los que han pecado sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados.
  • Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.
  • Oye, hijo mío, recibe mis palabras,
    y muchos serán los años de tu vida.
  • Fíjate en el sendero de tus pies,
    y todos tus caminos serán establecidos.
  • Y haré de ellos y de los alrededores de mi collado una bendición. Haré descender lluvias a su tiempo; serán lluvias de bendición.
  • Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderá, pero los entendidos comprenderán.
  • Y ellos serán míos —dice el Señor de los ejércitos— el día en que yo prepare mi tesoro especial, y los perdonaré como un hombre perdona al hijo que le sirve.
  • Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos.
  • El Señor redime el alma de sus siervos;
    y no será condenado ninguno de los que en Él se refugian.
  • Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo.
  • Mejor es lo poco del justo
    que la abundancia de muchos impíos.
    Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
    mas el Señor sostiene a los justos.
  • Con la boca el impío destruye a su prójimo,
    mas por el conocimiento los justos serán librados.
  • Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre estos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él por mil años.
  • Venid ahora, y razonemos
    —dice el Señor—
    aunque vuestros pecados sean como la grana,
    como la nieve serán emblanquecidos;
    aunque sean rojos como el carmesí,
    como blanca lana quedarán.
  • Fortaleceré la casa de Judá
    y la casa de José salvaré,
    y los haré volver
    porque me he compadecido de ellos;
    y serán como si no los hubiera rechazado,
    porque yo soy el Señor su Dios, y les responderé.
  • Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas.
  • Encomienda tus obras al Señor,
    y tus propósitos se afianzarán.
  • Y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque Abraham me obedeció, y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
  • Tesoros mal adquiridos no aprovechan,
    mas la justicia libra de la muerte.
  • ¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor; y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados.
  • Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra. Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.
  • Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.
  • Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán,
    pero mi misericordia no se apartará de ti,
    y el pacto de mi paz no será quebrantado
    —dice el Señor, que tiene compasión de ti.
  • Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. Y el hombre dijo:
    Esta es ahora hueso de mis huesos,
    y carne de mi carne;
    ella será llamada mujer,
    porque del hombre fue tomada.
    Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
  • Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra, y añadió: «Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne»? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.
  • Porque el Señor ama la justicia,
    y no abandona a sus santos;
    ellos son preservados para siempre,
    pero la descendencia de los impíos será exterminada.
  • Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.
  • Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa.
  • A la viuda y al huérfano no afligiréis. Si lo afliges y él clama a mí, ciertamente yo escucharé su clamor, y se encenderá mi ira y os mataré a espada, y vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.
  • Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.
  • Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra.
  • Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento.
  • Yo establezco mi pacto con vosotros, y nunca más volverá a ser exterminada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
  • Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
  • Sino que esto es lo que les mandé, diciendo: «Escuchad mi voz y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo, y andaréis en todo camino que yo os envíe para que os vaya bien».
  • Seréis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual por medio de nosotros produce acción de gracias a Dios.
  • Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
  • Y cuando os lleven y os entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vais a decir, sino que lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.