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Sus (2/4)

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial.Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos.¡Aleluya! Cuán bienaventurado es el hombre que teme al Señor, que mucho se deleita en sus mandamientos.
El Señor ama a los que odian el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de manos de los impíos.Los que amáis al Señor, aborreced el mal; Él guarda las almas de sus santos; los libra de la mano de los impíos.
No me he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca.Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida.
Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.
Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas.
Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.
En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!En mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos.
En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.
La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras.Porque la palabra del Señor es recta; y toda su obra es hecha con fidelidad.
Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo? «Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras».Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá? Yo, el Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras.
Estos confían en sus carros de guerra, aquellos confían en sus corceles, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios.Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos.
Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía.Y el Señor restauró el bienestar de Job cuando este oró por sus amigos; y el Señor aumentó al doble todo lo que Job había poseído.
Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo.Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen.
Ellos les decían: «En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán según sus propias pasiones impías». Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu.Quienes os decían: En los últimos tiempos habrá burladores que irán tras sus propias pasiones impías. Estos son los que causan divisiones; individuos mundanos que no tienen el Espíritu.
Que tú, Señor, eres todo amor; que tú pagarás a cada uno según lo que merezcan sus obras.Y tuya es, oh Señor, la misericordia, pues tú pagas al hombre conforme a sus obras.
El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre.La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta: teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto concierne a toda persona.
Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos, con los que cumplen su pacto y se acuerdan de sus preceptos para ponerlos por obra.Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos, para los que guardan su pacto y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.
Solamente al Señor tu Dios debes seguir y rendir culto. Cumple sus mandamientos y obedécelo; sírvele y permanece fiel a él.En pos del Señor vuestro Dios andaréis y a Él temeréis; guardaréis sus mandamientos, escucharéis su voz, le serviréis y a Él os uniréis.
En aquel día se dirá: «Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre.»Y aquel día dirás: Dad gracias al Señor, invocad su nombre, haced conocer entre los pueblos sus obras, haced recordar que su nombre es enaltecido.
Que nadie busque sus propios intereses, sino los del prójimo.Nadie busque su propio bien, sino el de su prójimo.
Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. —Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga.Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.

Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo a ti y a tus descendientes les irá bien, y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor su Dios les da para siempre.Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.
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Versículo de la Biblia del día

El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —les contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.

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Versículo de la Biblia al Azar

Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,
pero Dios fortalece mi corazón;
él es mi herencia eterna.
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