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Tu (4/4)

Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.Que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños.
Levántate, oh Señor; alza, oh Dios, tu mano. No te olvides de los pobres.¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos!
Toda tú eres hermosa, amada mía, y no hay defecto en ti.Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno.
Si digo: Mi pie ha resbalado, tu misericordia, oh Señor, me sostendrá.No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda.
Sea sobre nosotros tu misericordia, oh Señor, según hemos esperado en ti.Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti.
Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti.Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno».
Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús.Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús.
Y tuya es, oh Señor, la misericordia, pues tú pagas al hombre conforme a sus obras.Que tú, Señor, eres todo amor; que tú pagarás a cada uno según lo que merezcan sus obras.
Afirma mis pasos en tu palabra, y que ninguna iniquidad me domine.Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la iniquidad.
En ti me alegraré y me regocijaré; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo.Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.
Acuérdate, oh Señor, de tu compasión y de tus misericordias, que son eternas. No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones; acuérdate de mí conforme a tu misericordia, por tu bondad, oh Señor.Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado; olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno.
Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones; que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón.Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón.
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.
Porque tú nos has probado, oh Dios; nos has refinado como se refina la plata.Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata.
Oh Señor Dios, por eso tú eres grande; pues no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios.
Te exaltaré mi Dios, oh Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre.
Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer.Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: «No encuentro en ellos placer alguno».
Hijo mío, si tu corazón es sabio, mi corazón también se me alegrará.Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará.
Pues el Señor tu Dios te bendecirá como te ha prometido, y tú prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; y tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre ti.El Señor tu Dios te bendecirá, como lo ha prometido, y tú podrás darles prestado a muchas naciones, pero no tendrás que pedir prestado de ninguna. Dominarás a muchas naciones, pero ninguna te dominará a ti.
En ti, oh Señor, me refugio; jamás sea yo avergonzado; líbrame en tu justicia.En ti, Señor, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame.
Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda.No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda.
Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan.¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan.
Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno.
Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan.Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan.
Entonces el Señor dijo a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él. Y Satanás salió de la presencia del Señor.Muy bien —le contestó el Señor—. Todas sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la mano encima. Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del Señor.

Versículo de la Biblia del día

Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; que no nos deje ni nos abandone.

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Versículo de la Biblia al Azar

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.Siguiente versículo!Con imagen

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