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Versículos de la Biblia sobre 'Venga'

  • Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
  • Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba.
  • Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí.
  • Vosotros, pues, orad de esta manera:
    «Padre nuestro que estás en los cielos,
    santificado sea tu nombre.
    Venga tu reino.
    Hágase tu voluntad,
    así en la tierra como en el cielo.»
  • Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
  • Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mia es la venganza, yo pagare, dice el Señor.
  • Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios.
  • Sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado.
  • Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor.
  • Bendito es el hombre que confía en el Señor,
    cuya confianza es el Señor.
    Será como árbol plantado junto al agua,
    que extiende sus raíces junto a la corriente;
    no temerá cuando venga el calor,
    y sus hojas estarán verdes;
    en año de sequía no se angustiará
    ni cesará de dar fruto.
  • Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud,
    antes que vengan los días malos,
    y se acerquen los años en que digas:
    No tengo en ellos placer.
  • No odiarás a tu compatriota en tu corazón; podrás ciertamente reprender a tu prójimo, pero no incurrirás en pecado a causa de él. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy el Señor.
  • Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como estos es el reino de los cielos.
  • Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres.
  • El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
  • Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es. Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro.
  • Venid, adoremos y postrémonos;
    doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor.
  • Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar.
  • Venid ahora, y razonemos
    —dice el Señor—
    aunque vuestros pecados sean como la grana,
    como la nieve serán emblanquecidos;
    aunque sean rojos como el carmesí,
    como blanca lana quedarán.
  • Y hablando el ángel, dijo a las mujeres: Vosotras, no temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía.
  • Alégrate en el día de la prosperidad,
    y en el día de la adversidad considera:
    Dios ha hecho tanto el uno como el otro
    para que el hombre no descubra nada que suceda después de él.
  • Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y esta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir Él esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por Él.

Versículo de la Biblia del día

Los ojos del Señor están sobre los justos,
y sus oídos atentos a su clamor.

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Versículo de la Biblia al Azar

Estad alerta, permaneced firmes en la fe, portaos varonilmente, sed fuertes.Siguiente versículo!Con imagen

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