- El que ama la instrucción ama la sabiduría;
el que aborrece la reprensión es un ignorante. - El necio, al punto da a conocer su ira,
pero el prudente no hace caso de la injuria. - Engaño hay en el corazón de los que maquinan el mal,
pero alegría en el de quienes aconsejan el bien. - Los labios mentirosos son abominables para Jehová,
pero le complacen quienes actúan con verdad. - La mano de los diligentes dominará,
pero la negligencia será tributaria. - La congoja abate el corazón del hombre;
la buena palabra lo alegra.
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