- No te afanes por hacerte rico:
sé prudente y desiste. - ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, que son nada?
De cierto se hacen alas como de águila,
y vuelan al cielo. - Hijo mío, si tu corazón es sabio,
también a mí se me alegrará el corazón. - Mucho se alegrará el padre del justo,
y el que engendra a un sabio se gozará con él.
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