- He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra.
- He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.
- Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
- Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete.
- Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:
Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. - Él que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús.
- Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
- Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona.
- La gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.
- Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.
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