Tengamos en cuenta que la ley no se ha instituido para los justos, sino para los desobedientes y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos. La ley es para los que maltratan a sus propios padres, para los asesinos, para los adúlteros y los homosexuales, para los traficantes de esclavos, los embusteros y los que juran en falso. En fin, la ley es para todo lo que está en contra de la sana doctrina enseñada por el glorioso evangelio que el Dios bendito me ha confiado. | Conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado. |
Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar. | Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo. |
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Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. | Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. |
¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les hacen bien? Aun los pecadores actúan así. | Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. |
Donde abundan los bienes, sobra quien se los gaste; ¿y qué saca de esto su dueño, aparte de contemplarlos? | Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? |
¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes. | Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. |
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. | Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. |
Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes, sino a todos. | Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. |
El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. | El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. |
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. | Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. |
Que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga. | Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. |
No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien. | No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. |
Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. | Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. |
Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno». | Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. |
Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. | Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. |
Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien? | ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? |
No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. | Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba. |
Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? | Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? |
Bien le va al que presta con generosidad, y maneja sus negocios con justicia. | El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio. |
Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. | Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. |
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. | Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. |
Ahora bien —afirma el Señor—, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. | Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. |
No va bien con los necios el lenguaje refinado, ni con los gobernantes, la mentira. | No conviene al necio la altilocuencia; !!Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso! |
Ahora bien, no hace falta mediador si hay una sola parte, y sin embargo Dios es uno solo. | Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. |
Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. | En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. |