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Versículos de la Biblia sobre 'Creación'

  • Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
  • Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
  • Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa.
  • Tú formaste mis entrañas;
    me hiciste en el vientre de mi madre.
    Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras;
    estoy maravillado
    y mi alma lo sabe muy bien.
  • En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
  • Toda casa es hecha por alguien; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
  • ¡Ah, Señor Jehová!, tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido. Nada hay que sea difícil para ti.
  • Pero al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
  • Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
  • Alzaré mis ojos a los montes.
    ¿De dónde vendrá mi socorro?
    Mi socorro viene de Jehová,
    que hizo los cielos y la tierra.
  • Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
  • De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas.
  • Y creó Dios al hombre a su imagen,
    a imagen de Dios lo creó;
    varón y hembra los creó.
  • Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos;
    y todo el ejército de ellos, por el aliento de su boca.
  • ¿No has sabido, no has oído
    que el Dios eterno es Jehová,
    el cual creó los confines de la tierra?
    No desfallece ni se fatiga con cansancio,
    y su entendimiento no hay quien lo alcance.
  • Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin.
  • Antes que nacieran los montes
    y formaras la tierra y el mundo,
    desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
  • Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
  • Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.»
  • Éste es el día que hizo Jehová;
    ¡nos gozaremos y alegraremos en él!
  • A todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.»
  • Él edificó en el cielo su habitación
    y ha establecido su expansión sobre la tierra;
    él llama a las aguas del mar
    y sobre la faz de la tierra las derrama:
    Jehová es su nombre.
  • Nuestro socorro está en el nombre de Jehová,
    que hizo el cielo y la tierra.
  • Todas las cosas por medio de él fueron hechas,
    y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
  • Porque en él vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: “Porque linaje suyo somos.”
  • ¡Ay del que, no siendo más que un tiesto
    como cualquier tiesto de la tierra,
    pleitea con su Hacedor!
    ¿Dirá el barro al que lo modela: “¿Qué haces?”,
    o: “Tu obra, ¿no tiene manos?”?
  • Después dijo Jehová Dios: «No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él.»
  • Venid, adoremos y postrémonos;
    arrodillémonos delante de Jehová, nuestro hacedor.
  • Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para quien nosotros existimos; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual han sido creadas todas las cosas y por quien nosotros también existimos.
  • Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo esté, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, pues me has amado desde antes de la fundación del mundo.
  • Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
    antes que vengan los días malos,
    y lleguen los años de los cuales digas:
    «No tengo en ellos contentamiento».
  • De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: «¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada “Mujer”, porque del hombre fue tomada.» Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne.
  • Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz.
  • Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
  • Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra.»
  • Ahora bien, Jehová, tú eres nuestro padre;
    nosotros somos el barro y tú el alfarero.
    Así que obra de tus manos somos todos nosotros.
  • Él, respondiendo, les dijo: —¿No habéis leído que el que los hizo al principio, “hombre y mujer los hizo”, y dijo: “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre.
  • Luego dijo Jehová Dios: «El hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conocedor del bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre.» Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado.