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Versículos de la Biblia sobre 'Dice'

  • Pero así dice Jehová a la casa de Israel: «Buscadme y viviréis.»
  • La Escritura dice: «Todo aquel que en él cree, no será defraudado».
  • Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos,
    y yo me volveré a vosotros,
    dice Jehová de los ejércitos.
  • ¿Se ocultará alguno,
    dice Jehová,
    en escondrijos donde yo no lo vea?
    ¿No lleno yo,
    dice Jehová,
    el cielo y la tierra?
  • El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente vengo en breve.» ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
  • El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva.
  • Porque yo Jehová soy tu Dios,
    quien te sostiene de tu mano derecha
    y te dice: “No temas, yo te ayudo.”
  • «Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré», dice mi alma.
  • Vuélvete, rebelde Israel,
    dice Jehová;
    no haré caer mi ira sobre ti,
    porque misericordioso soy yo,
    dice Jehová;
    no guardaré para siempre el enojo.
  • «Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin», dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
  • Pues escrito está:
    «Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,
    y toda lengua confesará a Dios.»
  • No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
  • El testigo verdadero no miente;
    el testigo falso dice mentiras.
  • Ésta es palabra de Jehová para Zorobabel, y dice: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
  • No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.»
  • Porque yo no quiero la muerte del que muere, dice Jehová, el Señor. ¡Convertíos, pues, y viviréis!
  • De cierto os digo que cualquiera que diga a este monte: “Quítate y arrójate en el mar”, y no duda en su corazón, sino que cree que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
  • Ahora, pues, dice Jehová,
    convertíos ahora a mí
    con todo vuestro corazón,
    con ayuno, llanto y lamento.
  • ¿Acaso quiero yo la muerte del impío? dice Jehová, el Señor. ¿No vivirá, si se aparta de sus malos caminos?
  • Diles, por tanto: “Así ha dicho Jehová, el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová, el Señor.”
  • Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta:
    aunque vuestros pecados sean como la grana,
    como la nieve serán emblanquecidos;
    aunque sean rojos como el carmesí,
    vendrán a ser como blanca lana.
  • Serán para mí especial tesoro,
    dice Jehová de los ejércitos,
    en el día en que yo actúe.
    Los perdonaré
    como un hombre perdona al hijo que lo sirve.
  • Dios no es hombre, para que mienta,
    ni hijo de hombre para que se arrepienta.
    ¿Acaso dice y no hace?
    ¿Acaso promete y no cumple?
  • ¡Cuán hermosos son sobre los montes
    los pies del que trae alegres nuevas,
    del que anuncia la paz,
    del que trae nuevas del bien,
    del que publica salvación,
    del que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!»!
  • Si alguno dice: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
  • «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos
    ni vuestros caminos mis caminos»,
    dice Jehová.
  • Vuelve, y dile a Ezequías, príncipe de mi pueblo: “Así dice Jehová, el Dios de David, tu padre: He oído tu oración, he visto tus lágrimas y voy a sanarte: dentro de tres días subirás a la casa de Jehová.”
  • Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.
  • «Porque los montes se moverán
    y los collados temblarán,
    pero no se apartará de ti mi misericordia
    ni el pacto de mi paz se romperá»,
    dice Jehová, el que tiene misericordia de ti.
  • Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto,
    dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
  • No seáis como vuestros padres, a quienes los primeros profetas clamaron diciendo: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras”; pero ellos no atendieron ni me escucharon, dice Jehová.
  • Santificaré mi gran nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas. Y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová, el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos.
  • «Ninguna arma forjada contra ti,
    prosperará,
    y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio.
    Ésta es la herencia de los siervos de Jehová:
    su salvación de mí vendrá»,
    dice Jehová.
  • Todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende de palabra, es una persona perfecta, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
  • Así dijo Jehová:
    «Paraos en los caminos, mirad
    y preguntad por las sendas antiguas,
    cuál sea el buen camino.
    Andad por él y hallaréis descanso para vuestra alma.»
    Mas dijeron: «¡No andaremos!»
  • Si no escucháis y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros y maldeciré vuestras bendiciones; y ya las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.
  • Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar;
    sobre ti fijaré mis ojos.
  • Porque así dijo el Alto y Sublime,
    el que habita la eternidad
    y cuyo nombre es el Santo:
    «Yo habito en la altura y la santidad,
    pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu,
    para reavivar el espíritu de los humildes
    y para vivificar el corazón de los quebrantados.»
  • El que anda en integridad y hace justicia;
    el que habla verdad en su corazón;
    el que no calumnia con su lengua
    ni hace mal a su prójimo
    ni admite reproche alguno contra su vecino.
  • Entonces entró también el otro discípulo que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó, pues aún no habían entendido la Escritura: que era necesario que él resucitara de los muertos.
  • Así habló Jehová de los ejércitos:
    Juzgad conforme a la verdad;
    haced misericordia y piedad cada cual con su hermano;
    no oprimáis a la viuda,
    al huérfano, al extranjero ni al pobre,
    ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano.