Gustad y ved que es bueno Jehová. ¡Bienaventurado el hombre que confía en él! | Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian. |
¡Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y obtiene la inteligencia! | Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. |
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El entendido en la palabra hallará el bien; el que confía en Jehová es bienaventurado. | El que atiende a la palabra prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor! |
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. | Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. |
Bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige; por tanto, no desprecies la reprensión del Todopoderoso. | ¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! No menosprecies la disciplina del Todopoderoso. |
Bienaventurado el hombre que teme a Jehová y en sus mandamientos se deleita en gran manera. | ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos. |
Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman. | Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. |
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. | Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos. |
Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen! | Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. |
Jesús le dijo: —Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron. | Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen. |
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. | En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti. |
Pero también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os inquietéis. | ¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar». |
Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación. | Dichosos los que lloran, porque serán consolados. |
Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios. | Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. |
Panal de miel son los dichos suaves, suavidad para el alma y medicina para los huesos. | Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo. |
Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. | Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. |
Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo el corazón lo buscan. | Dichosos los que guardan sus estatutos y de todo corazón lo buscan. |
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. | Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. |
Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios. | Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. |
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. | Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. |
¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Jehová, roca mía y redentor mío! | Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío. |
Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan en la Ley de Jehová. | Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor. |
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. | Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. |
Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, os aparten de sí, os insulten y desechen vuestro nombre como malo por causa del Hijo del hombre. | Dichosos ustedes cuando los odien, cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien por causa del Hijo del hombre. |
Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. | Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. |