He aquí, los ojos del Señor están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia. | Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor. |
Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. | Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. |
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Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan. | También Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan. |
Por tanto, el Señor espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para tener compasión de vosotros. Porque el Señor es un Dios de justicia; ¡cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan! | Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan! |
Probada es toda palabra de Dios; Él es escudo para los que en Él se refugian. | Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. |
En cuanto a Dios, su camino es perfecto; acrisolada es la palabra del Señor; Él es escudo a todos los que a Él se acogen. | El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. |
En cuanto a Dios, su camino es perfecto; acrisolada es la palabra del Señor; Él es escudo a todos los que a Él se acogen. | El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. |
Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. | Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. |
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres! | Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian. |
Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón, todos vosotros que esperáis en el Señor. | Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan. |
Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. | Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. |
Alma mía, espera en silencio solamente en Dios, pues de Él viene mi esperanza. | Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. |
Gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración. | Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. |
La esperanza de los justos es alegría, pero la expectación de los impíos perecerá. | El futuro de los justos es halagüeño; la esperanza de los malvados se desvanece. |
La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo cumplido es árbol de vida. | La esperanza frustrada aflige al corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida. |
Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió. | Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. |
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. | Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor. |
Pero vosotros, amados, edificándoos en vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. | Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna. |
Sabe que así es la sabiduría para tu alma; si la hallas, entonces habrá un futuro, y tu esperanza no será cortada. | Así de dulce sea la sabiduría a tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza que no será destruida. |
Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación. | Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza. |
Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. | Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. |
«Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.» | Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. |
A quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. | A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. |
Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo. | Por eso, dispónganse para actuar con inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo. |
Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza. | De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. |