- No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia. - Pues ¿quién es Dios, fuera del Señor?
¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios? - Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- Ahora pues, que el temor del Señor esté sobre vosotros; tened cuidado en lo que hacéis, porque con el Señor nuestro Dios no hay injusticia ni acepción de personas ni soborno.
- Solamente guardad cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, os mandó, de amar al Señor vuestro Dios, andar en todos sus caminos, guardar sus mandamientos y de allegarse a Él y servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
- Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús.
- La gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.
- Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos.
- Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
- Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
- Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.
- No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?
- Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz; en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno.
- La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.
- Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios.
- No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.
- En Dios descansan mi salvación y mi gloria;
la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios. - ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
- En Dios, cuya palabra alabo,
en Dios he confiado, no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre? - Pero en cuanto a ti, enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
- Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
- Pero yo pondré mis ojos en el Señor,
esperaré en el Dios de mi salvación;
mi Dios me oirá. - Él que anda con sabios será sabio,
mas el compañero de los necios sufrirá daño. - La fortuna obtenida con fraude disminuye,
pero el que la recoge con trabajo la aumenta. - Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo. Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.
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