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Los ojos (2/4)

Donde abundan los bienes, sobra quien se los gaste; ¿y qué saca de esto su dueño, aparte de contemplarlos?Cuando aumentan los bienes, aumentan también los que los consumen. Así, pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños, sino verlos con sus ojos?
Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista.Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos.
¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas.Cuando pones tus ojos en ella, ya no está. Porque la riqueza ciertamente se hace alas, como águila que vuela hacia los cielos.
Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!Pero yo pondré mis ojos en el Señor, esperaré en el Dios de mi salvación; mi Dios me oirá.
Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón.Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones; que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón.
Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.Y estando mirando fijamente al cielo mientras Él ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.
A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones.Todo camino del hombre es recto ante sus ojos, pero el Señor sondea los corazones.
Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la salud.Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy tu sanador.
A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía.La integridad de los rectos los guiará, mas la perversidad de los pérfidos los destruirá.
¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente.“Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el Señor” —declara el Señor Dios— “cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas.”
Pero el Señor le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón.
Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.
Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.Claman los justos, y el Señor los oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.
Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores.El rico domina a los pobres, y el deudor es esclavo del acreedor.
Pues, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos!Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desdichados.
No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.
El Señor ama a los que odian el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de manos de los impíos.Los que amáis al Señor, aborreced el mal; Él guarda las almas de sus santos; los libra de la mano de los impíos.
Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos.Al oír Él esto, dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.
Dios da un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos; los rebeldes habitarán en el desierto.Dios prepara un hogar para los solitarios; conduce a los cautivos a prosperidad; solo los rebeldes habitan en una tierra seca.
No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser.No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal. Será medicina para tu cuerpo y refrigerio para tus huesos.
A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres.

Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.
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Versículo de la Biblia del día

Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró.

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