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Versículos de la Biblia sobre 'Manda'

  • Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.
  • Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado.
  • Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.
  • Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre,
    y no abandones la enseñanza de tu madre.
  • Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan.
  • El que guarda el mandamiento guarda su alma,
    mas el que menosprecia sus caminos morirá.
  • El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento mayor que estos.
  • Del mandamiento de sus labios no me he apartado,
    he atesorado las palabras de su boca más que mi comida.
  • Debéis guardar diligentemente los mandamientos del Señor vuestro Dios, y sus testimonios y estatutos que te ha mandado.
  • Me apresuré y no me tardé
    en guardar tus mandamientos.
  • Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón;
    el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos.
  • El sabio de corazón aceptará mandatos,
    mas el necio charlatán será derribado.
  • Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
  • Y habrá justicia para nosotros si cuidamos de observar todos estos mandamientos delante del Señor nuestro Dios, tal como Él nos ha mandado.
  • Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.
  • Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los cumpliréis; yo soy el Señor.
  • Con todo mi corazón te he buscado;
    no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
  • Solamente guardad cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, os mandó, de amar al Señor vuestro Dios, andar en todos sus caminos, guardar sus mandamientos y de allegarse a Él y servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
  • Porque esto: No cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en estas palabras se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
  • Guardarás, pues, los mandamientos del Señor tu Dios, para andar en sus caminos y para temerle.
  • De día mandará el Señor su misericordia,
    y de noche su cántico estará conmigo;
    elevaré una oración al Dios de mi vida.
  • ¡Aleluya!
    Cuán bienaventurado es el hombre que teme al Señor,
    que mucho se deleita en sus mandamientos.
  • Guarda los mandatos del Señor tu Dios, andando en sus caminos, guardando sus estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus testimonios, conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera que vayas.
  • A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.
  • Y Él os declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: esto es, los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.
  • No añadiréis nada a la palabra que yo os mando, ni quitaréis nada de ella, para que guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os mando.
  • Porque así nos lo ha mandado el Señor:
    Te he puesto como luz para los gentiles,
    a fin de que lleves la salvación hasta los confines de la tierra.
  • Si alguno peca y hace cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, aunque no se dé cuenta, será culpable y llevará su castigo.
  • La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta:
    teme a Dios y guarda sus mandamientos,
    porque esto concierne a toda persona.
  • Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza,
    y tu corazón guarde mis mandamientos,
    porque largura de días y años de vida
    y paz te añadirán.
  • Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho lo malo, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.
  • El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
  • El que guarda sus mandamientos permanece en Él y Dios en él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
  • En pos del Señor vuestro Dios andaréis y a Él temeréis; guardaréis sus mandamientos, escucharéis su voz, le serviréis y a Él os uniréis.
  • Andad en todo el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado, a fin de que viváis y os vaya bien, y prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a poseer.
  • Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos del Señor y sus estatutos que yo te ordeno hoy para tu bien?
  • El principio de la sabiduría es el temor del Señor;
    buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
    su alabanza permanece para siempre.
  • ¡Oh si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!
  • Y Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en las tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.
  • Y el Señor dijo a Moisés: Sube hasta mí, al monte, y espera allí, y te daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instrucción de ellos.
  • Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos.
  • Y sucederá que si obedeces diligentemente al Señor tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el Señor tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra.
  • Si andáis en mis estatutos y guardáis mis mandamientos para ponerlos por obra, yo os daré lluvias en su tiempo, de manera que la tierra dará sus productos, y los árboles del campo darán su fruto.
  • Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
  • Y os servirá el fleco, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos del Señor, a fin de que los cumpláis y no sigáis vuestro corazón ni vuestros ojos, tras los cuales os habéis prostituido.
  • Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante de Dios; y todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.
  • Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.
  • También les dijo: Id, comed de la grosura, bebed de lo dulce, y mandad raciones a los que no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor. No os entristezcáis, porque la alegría del Señor es vuestra fortaleza.
  • Pues te ordeno hoy amar al Señor tu Dios, andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla.
  • Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.