Versículos de la Biblia sobre 'Mi'
- En Dios está mi salvación y mi gloria;
en Dios está mi roca fuerte y mi refugio. - El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
- Solamente él es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré. - Mi carne y mi corazón desfallecen;
mas la roca de mi corazón y mi porción
es Dios para siempre. - Solamente él es mi roca y mi salvación;
es mi refugio, no resbalaré mucho. - Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
en él confió mi corazón y fui ayudado,
por lo que se gozó mi corazón.
Con mi cántico lo alabaré. - A él clamé con mi boca
y fue exaltado con mi lengua. - En mi angustia invoqué a Jehová
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su Templo
y mi clamor llegó hasta sus oídos. - Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
mi gloria, y el que levanta mi cabeza. - Mi escondedero y mi escudo eres tú.
En tu palabra he esperado. - En Dios solamente descansa mi alma;
de él viene mi salvación. - Te amo, Jehová, fortaleza mía.
Jehová, roca mía y castillo mío, mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. - Jehová es mi luz y mi salvación,
¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida,
¿de quién he de atemorizarme? - Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
- Tú encenderás mi lámpara;
Jehová, mi Dios, alumbrará mis tinieblas. - Tú eres mi roca y mi castillo;
por tu nombre me guiarás y me encaminarás. - ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí! - Aunque un ejército acampe contra mí,
no temerá mi corazón;
aunque contra mí se levante guerra,
yo estaré confiado. - A Jehová cantaré en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva. - En Dios solamente reposa mi alma,
porque de él viene mi esperanza. - Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.
- «Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré», dice mi alma.
- Mi pecado te declaré
y no encubrí mi iniquidad.
Dije: «Confesaré mis rebeliones a Jehová»,
y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah - Alma mía, dijiste a Jehová:
«Tú eres mi Señor;
no hay para mí bien fuera de ti.» - Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. - A Jehová he puesto siempre delante de mí;
porque está a mi diestra, no seré conmovido. - Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal de mi pacto con la tierra.
- Así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo quiero
y será prosperada en aquello para lo cual la envié. - Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra.
- Ten piedad de mí, Dios,
conforme a tu misericordia;
conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones.
¡Lávame más y más de mi maldad
y límpiame de mi pecado! - De lo profundo, Jehová, a ti clamo.
Señor, oye mi voz;
estén atentos tus oídos
a la voz de mi súplica. - Jesús le dijo:
—¡Suéltame!, porque aún no he subido a mi Padre; pero ve a mis hermanos y diles: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” - Amo a Jehová,
pues ha oído mi voz y mis súplicas,
porque ha inclinado a mí su oído;
por tanto, lo invocaré en todos mis días. - ¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela
en tierra seca y árida
donde no hay aguas. - En la multitud de mis pensamientos íntimos,
tus consolaciones alegraban mi alma. - Mientras callé, se envejecieron mis huesos
en mi gemir todo el día. - Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
- Respondió Jesús y le dijo: —El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él.
- Alzaré mis ojos a los montes.
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
que hizo los cielos y la tierra. - ¡Volveos a mi reprensión!,
pues ciertamente yo derramaré mi espíritu sobre vosotros
y os haré saber mis palabras. - De cierto, de cierto os digo: El que reciba al que yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
- Esperé yo en Jehová;
esperó mi alma,
en su palabra he esperado. - Y les dijo: —Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió, porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.
- Mas yo volveré mis ojos a Jehová,
esperaré al Dios de mi salvación;
el Dios mío me oirá. - Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
- Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.
- Pero yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el día de mi angustia. - Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
- Oye mi oración, Jehová, y escucha mi clamor.
No calles ante mis lágrimas,
porque forastero soy para ti
y advenedizo, como todos mis padres. - Lámpara es a mis pies tu palabra
y lumbrera a mi camino.
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