- Su señor le dijo: «Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor».
- Y que el mismo Señor de paz siempre os conceda paz en todas las circunstancias. El Señor sea con todos vosotros.
- Humillaos en la presencia del Señor y Él os exaltará.
- Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís.
- No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no tendrá por inocente a quien tome su nombre en vano.
- El Señor te protegerá de todo mal;
El guardará tu alma.
El Señor guardará tu salida y tu entrada
desde ahora y para siempre. - Si el Señor no edifica la casa,
en vano trabajan los que la edifican;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vela la guardia. - La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.
- El Señor empobrece y enriquece;
humilla y también exalta. - Es mejor refugiarse en el Señor
que confiar en el hombre. - Esta es la palabra del Señor a Zorobabel: «No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu» —dice el Señor de los ejércitos.
- Y el Señor restauró el bienestar de Job cuando este oró por sus amigos; y el Señor aumentó al doble todo lo que Job había poseído.
- La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.
- No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
- Porque así dice el Señor a la casa de Israel:
Buscadme, y viviréis. - Libra mi alma, Señor, de labios mentirosos,
y de lengua engañosa. - ¿Podrá alguno esconderse en escondites
de modo que yo no lo vea? —declara el Señor.
¿No lleno yo los cielos y la tierra? —declara el Señor. - Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!
- Buscad al Señor y su fortaleza;
buscad su rostro continuamente. - El Señor está a mi favor; no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre? - La salvación es del Señor.
¡Sea sobre tu pueblo tu bendición! (Selah) - Porque: Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.
- «Regresa, infiel Israel» —declara el Señor—,
«no te miraré con ira,
porque soy misericordioso» —declara el Señor—;
«no guardaré rencor para siempre.» - Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene.
- Alabaré al Señor con todo mi corazón.
Todas tus maravillas contaré.
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