- El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.
- ¡Ay del que, no siendo más que un tiesto
como cualquier tiesto de la tierra,
pleitea con su Hacedor!
¿Dirá el barro al que lo modela: “¿Qué haces?”,
o: “Tu obra, ¿no tiene manos?”? - Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera.
- Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios en él.
- Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
- Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
- «Porque los montes se moverán
y los collados temblarán,
pero no se apartará de ti mi misericordia
ni el pacto de mi paz se romperá»,
dice Jehová, el que tiene misericordia de ti. - El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.
- No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas?
- Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
- Como ciudad destruida y sin murallas
es el hombre que no pone freno a su espíritu. - El de labios mentirosos encubre el odio;
el que propaga la calumnia es un necio. - El que tarda en airarse es grande de entendimiento;
el impaciente de espíritu pone de manifiesto su necedad. - Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento, lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
- Desnudo salió del vientre de su madre y así volverá; se irá tal como vino, sin ningún provecho de su trabajo que llevarse en la mano.
- Aquel cuya alma no es recta se enorgullece;
mas el justo por su fe vivirá. - Toda casa es hecha por alguien; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
- Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante.
- Después dijo Dios: «Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer.»
- Con mi alma te he deseado en la noche
y, en tanto que me dure el espíritu dentro de mí,
madrugaré a buscarte;
porque luego que hay juicios tuyos en la tierra,
los moradores del mundo aprenden justicia. - Toda labor da su fruto;
mas las vanas palabras empobrecen. - Mucho se alegrará el padre del justo,
y el que engendra a un sabio se gozará con él. - No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
- Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal.
- ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
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