- Al Señor cantaré mientras yo viva;
cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. - Guardaréis mis días de reposo, y tendréis en reverencia mi santuario; yo soy el Señor.
- He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para mí?
- Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
- Pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.
- Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete.
- Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
- Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
- Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.
- Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre.
- En ti, oh Señor, me refugio;
jamás sea yo avergonzado;
líbrame en tu justicia. - Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
- Y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.
- Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.
- Porque yo libraba al pobre que clamaba,
y al huérfano que no tenía quien le ayudara.
Venía sobre mí la bendición del que estaba a punto de perecer,
y el corazón de la viuda yo llenaba de gozo. - ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti?
Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. - He disipado como una densa nube tus transgresiones,
y como espesa niebla tus pecados.
Vuélvete a mí, porque yo te he redimido. - Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío.
- ¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado,
llamando a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, soy el primero, y con los postreros soy. - “Volveos a mí” —declara el Señor de los ejércitos— “y yo me volveré a vosotros” —dice el Señor de los ejércitos.
- Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
- Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor;
ningún bien tengo fuera de ti. - Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.
- Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar;
te aconsejaré con mis ojos puestos en ti. - Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
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