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Nombre (2/3)

  • En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre,
    porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.
  • Más vale el buen nombre que las muchas riquezas,
    y el favor que la plata y el oro.
  • Algunos confían en carros, y otros en caballos;
    mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos.
  • Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre.
  • Ciertamente, siguiendo la senda de tus juicios,
    oh Señor, te hemos esperado;
    tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.
  • Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos.
  • El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
  • Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre.
  • Oh Señor, tú eres mi Dios;
    te ensalzaré, daré alabanzas a tu nombre,
    porque has hecho maravillas,
    designios concebidos desde tiempos antiguos con toda fidelidad.
  • Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
  • Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.
  • Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.
  • Mas para vosotros que teméis mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas; y saldréis y saltaréis como terneros del establo.
  • Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí;
    me dejé hallar por los que no me buscaban.
    Dije: «Heme aquí, heme aquí»,
    a una nación que no invocaba mi nombre.
  • Porque tu misericordia es mejor que la vida,
    mis labios te alabarán.
    Así te bendeciré mientras viva,
    en tu nombre alzaré mis manos.
  • Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora;
    te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora.
    Bendito el que viene en el nombre del Señor;
    desde la casa del Señor os bendecimos.
  • Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
  • Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
  • Y las multitudes que iban delante de Él, y las que iban detrás, gritaban, diciendo:
    ¡Hosanna al Hijo de David!
    ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
    ¡Hosanna en las alturas!
  • Vosotros, pues, orad de esta manera:
    «Padre nuestro que estás en los cielos,
    santificado sea tu nombre.
    Venga tu reino.
    Hágase tu voluntad,
    así en la tierra como en el cielo.»
  • El que edifica en los cielos sus altos aposentos,
    y sobre la tierra ha establecido su bóveda;
    el que llama a las aguas del mar
    y las derrama sobre la faz de la tierra:
    el Señor es su nombre.
  • Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban.
  • Y les dijo: El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es grande.
  • Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos.
  • Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.

Y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.
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Versículo de la Biblia del día

He aquí, Dios es el que me ayuda;
el Señor es el que sostiene mi alma.

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Versículo de la Biblia al Azar

Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo.Siguiente versículo!Con imagen

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