- Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
- Dad gracias al Señor, invocad su nombre;
dad a conocer sus obras entre los pueblos. - Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera;
y su grandeza es inescrutable. - El necio no se deleita en la prudencia,
sino solo en revelar su corazón. - Dad gracias al Señor, porque Él es bueno;
porque para siempre es su misericordia. - Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
- Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.
- Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.
- Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos.
- Porque el Señor se deleita en su pueblo;
adornará de salvación a los afligidos. - Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
- Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.
- Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
- Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.
- Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
- ¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad
y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad?
No persistirá en su ira para siempre,
porque se complace en la misericordia. - El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
- Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
- La mente del hombre planea su camino,
pero el Señor dirige sus pasos. - Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?
- El necio rechaza la disciplina de su padre,
mas el que acepta la reprensión es prudente. - Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre.
- He aquí, los ojos del Señor están sobre los que le temen,
sobre los que esperan en su misericordia. - Porque la palabra del Señor es recta;
y toda su obra es hecha con fidelidad. - Con sus plumas te cubre,
y bajo sus alas hallas refugio;
escudo y baluarte es su fidelidad.
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Versículo de la Biblia del día
¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidady pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad?
No persistirá en su ira para siempre,
porque se complace en la misericordia.