- Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
- Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
- Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que es remunerador de los que le buscan.
- Y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.
- Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió.
- Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.
- Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
- De manera que decimos confiadamente:
El Señor es el que me ayuda; no temeré.
¿Qué podrá hacerme el hombre? - Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque Él mismo ha dicho: Nunca te dejare ni te desamparare.
- Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios.
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