Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen! | Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. |
Él les dijo: —Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. | Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios —aclaró Jesús. |
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Oyéndolo Jesús, le respondió: —No temas; cree solamente y será salva. | Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: —No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada. |
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen y orad por los que os calumnian. | Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan. |
No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. | No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará. |
Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. | Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. |
Pues nada hay imposible para Dios. | Porque para Dios no hay nada imposible. |
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca. | El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca. |
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. | Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. |
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? | Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! |