No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. | Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. |
En el día que temo, Yo en ti confío. | Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. |
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Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. | Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. |
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. | No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. |
Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. | Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”. |
Jehová está conmigo; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. | El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal? |
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. | Sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor. |
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. | Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. |
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. | Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. |
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. | Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. |
El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado. | Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado. |
Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. | Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. |
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? | El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? |
Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores. | Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. |
Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides. | El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes. |
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. | No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. |
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! | Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» |
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos. | ¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones. |
De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. | Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?» |
Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! | Los discípulos, al verlo caminar sobre el agua, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: «¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo». |
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. | No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino. |
Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis. | ¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar». |
En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? | Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal? |
Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva. | Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: —No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada. |
Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. | Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. |