- El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
- Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
- Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
- Oye, hijo mío, y recibe mis razones,
Y se te multiplicarán años de vida. - Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo:
Yo habito en la altura y la santidad,
y con el quebrantado y humilde de espíritu,
para hacer vivir el espíritu de los humildes,
y para vivificar el corazón de los quebrantados. - Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis.
- Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
- Jehová redime el alma de sus siervos,
Y no serán condenados cuantos en él confían. - De Jehová es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan. - Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.
- Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre. - Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.
- El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
- Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
- Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
- Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová. - Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
- El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
- Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
- Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.
- Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
- Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.
- El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
- He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece;
mas el justo por su fe vivirá. - Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
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