Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.
Pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.
Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación.