Versículos de la Biblia sobre 'Camino'
- Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero al final, es camino de muerte. - Allí habrá una calzada, un camino,
y será llamado Camino de Santidad;
el inmundo no transitará por él,
sino que será para el que ande en ese camino;
los necios no vagarán por él. - Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis inquietudes.
Y ve si hay en mí camino malo,
y guíame en el camino eterno. - Lámpara es a mis pies tu palabra,
y luz para mi camino. - He escogido el camino de la verdad;
he puesto tus ordenanzas delante de mí. - Guarda las sendas del juicio,
y preserva el camino de sus santos. - Pero Él sabe el camino que tomo;
cuando me haya probado, saldré como el oro.
Mi pie ha seguido firme en su senda,
su camino he guardado y no me he desviado. - Me he gozado en el camino de tus testimonios,
más que en todas las riquezas. - ¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?
Guardando tu palabra. - Bueno y recto es el Señor;
por tanto, Él muestra a los pecadores el camino.
Dirige a los humildes en la justicia,
y enseña a los humildes su camino. - Enseña al niño el camino en que debe andar,
y aun cuando sea viejo no se apartará de él. - Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
- Por el camino de la sabiduría te he conducido,
por sendas de rectitud te he guiado. - La mente del hombre planea su camino,
pero el Señor dirige sus pasos. - Fortaleza para el íntegro es el camino del Señor,
pero ruina para los que obran iniquidad. - Por el Señor son ordenados los pasos del hombre,
y el Señor se deleita en su camino. - Enséñame, oh Señor, tu camino;
andaré en tu verdad;
unifica mi corazón para que tema tu nombre. - Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar;
te aconsejaré con mis ojos puestos en ti. - ¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto,
los que andan en la ley del Señor! - Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.
- La dádiva del hombre le abre camino
y lo lleva ante la presencia de los grandes. - Todo camino del hombre es recto ante sus ojos,
pero el Señor sondea los corazones. - En cuanto a Dios, su camino es perfecto;
acrisolada es la palabra del Señor;
Él es escudo a todos los que a Él se acogen. - En cuanto a Dios, su camino es perfecto;
acrisolada es la palabra del Señor;
Él es escudo a todos los que a Él se acogen. - El Señor protege a los extranjeros,
sostiene al huérfano y a la viuda,
pero trastorna el camino de los impíos. - Encomienda al Señor tu camino,
confía en Él, que Él actuará;
hará resplandecer tu justicia como la luz,
y tu derecho como el mediodía. - Por la mañana hazme oír tu misericordia,
porque en ti confío;
enséñame el camino por el que debo andar,
pues a ti elevo mi alma. - El temor del Señor es aborrecer el mal.
El orgullo, la arrogancia, el mal camino
y la boca perversa, yo aborrezco. - Y vio Dios sus acciones, que se habían apartado de su mal camino; entonces se arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
- Andad en todo el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado, a fin de que viváis y os vaya bien, y prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a poseer.
- Abandone el impío su camino,
y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase al Señor,
que tendrá de él compasión,
al Dios nuestro,
que será amplio en perdonar. - Confía callado en el Señor y espérale con paciencia;
no te irrites a causa del que prospera en su camino,
por el hombre que lleva a cabo sus intrigas. - Entonces discernirás justicia y juicio,
equidad y todo buen sendero. - ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la silla de los escarnecedores. - Así dice el Señor:
Paraos en los caminos y mirad,
y preguntad por los senderos antiguos
cuál es el buen camino, y andad por él;
y hallaréis descanso para vuestras almas.
Pero dijeron: «No andaremos en él.» - Por senda de vida va el que guarda la instrucción,
mas el que abandona la reprensión se extravía. - Como no sabes cuál es el camino del viento,
o cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta,
tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas. - Sino que esto es lo que les mandé, diciendo: «Escuchad mi voz y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo, y andaréis en todo camino que yo os envíe para que os vaya bien».
- Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
- Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
- Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
- He aquí, hoy me voy por el camino de toda la tierra, y vosotros sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que ninguna de las buenas palabras que el Señor vuestro Dios habló acerca de vosotros ha faltado; todas os han sido cumplidas, ninguna de ellas ha faltado.
- El Señor es lento para la ira y grande en poder,
y ciertamente el Señor no dejará impune al culpable.
En el torbellino y la tempestad está su camino,
y las nubes son el polvo de sus pies. - Ciertamente, siguiendo la senda de tus juicios,
oh Señor, te hemos esperado;
tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma. - Examinemos nuestros caminos y escudriñémoslos,
y volvamos al Señor. - El sabio de corazón aceptará mandatos,
mas el necio charlatán será derribado. - Más engañoso que todo, es el corazón,
y sin remedio;
¿quién lo comprenderá?
Yo, el Señor, escudriño el corazón,
pruebo los pensamientos,
para dar a cada uno según sus caminos,
según el fruto de sus obras. - El Señor te protegerá de todo mal;
El guardará tu alma.
El Señor guardará tu salida y tu entrada
desde ahora y para siempre. - Tú me has dado también el escudo de tu salvación;
tu diestra me sostiene,
y tu benevolencia me engrandece.
Ensanchas mis pasos debajo de mí,
y mis pies no han resbalado.
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