- Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios.
- Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- Mas tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío,
mi gloria, y el que levanta mi cabeza. - Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
- Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió.
- Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre.
- El lento para la ira tiene gran prudencia,
pero el que es irascible ensalza la necedad. - A todo el que te pida, dale, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames.
- Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley.
- La esperanza que se demora enferma el corazón,
pero el deseo cumplido es árbol de vida. - Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
- Pero tú, Belén Efrata,
aunque eres pequeña entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel.
Y sus orígenes son desde tiempos antiguos,
desde los días de la eternidad. - Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado.
- Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
- Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
- En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió.
- Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ese la salvará.
- Por senda de vida va el que guarda la instrucción,
mas el que abandona la reprensión se extravía. - Él que anda en chismes revela secretos,
pero el de espíritu leal oculta las cosas. - Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
- Respondiendo él, les decía: El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
- Jesús le dijo: «¿Cómo si tú puedes?». Todas las cosas son posibles para el que cree.
- Al que aparta su oído para no oír la ley,
su oración también es abominación. - Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- La fortuna obtenida con fraude disminuye,
pero el que la recoge con trabajo la aumenta.
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¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho,sin compadecerse del hijo de sus entrañas?
Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré.
He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado;
tus muros están constantemente delante de mí.Siguiente versículo!Con imagen