- Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
- Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
- El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
- Y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.
- Respondiendo él, les decía: El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
- Es mejor refugiarse en el Señor
que confiar en el hombre. - El necio da rienda suelta a su ira,
pero el sabio la reprime. - Hay engaño en el corazón de los que traman el mal,
y gozo en los consejeros de paz. - El testigo veraz no mentirá,
pero el testigo falso habla mentiras. - Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.
- Sentándose, llamó a los doce y les dijo: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos.
- Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
- Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que Él ha escogido como herencia para sí. - No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
- El hombre prudente ve el mal y se esconde,
los simples siguen adelante y pagan las consecuencias. - Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.
- Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.
- Palabra fiel es esta:
Que si morimos con Él, también viviremos con Él. - El hijo sabio alegra al padre,
pero el hijo necio es tristeza para su madre. - El odio suscita rencillas,
pero el amor cubre todas las transgresiones. - Pero el que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba.
- Nosotros amamos, porque Él nos amó primero.
- El hacer justicia y derecho
es más deseado por el Señor que el sacrificio. - El necio rechaza la disciplina de su padre,
mas el que acepta la reprensión es prudente. - El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.
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