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Versículos de la Biblia sobre 'Justo'

  • Porque nunca será sacudido;
    para siempre será recordado el justo.
  • Todo el día codicia,
    mientras el justo da y nada retiene.
  • Justo es el Señor en todos sus caminos,
    y bondadoso en todos sus hechos.
  • He aquí el orgulloso:
    en él, su alma no es recta,
    mas el justo por su fe vivirá.
  • Muchas son las aflicciones del justo,
    pero de todas ellas lo libra el Señor.
  • Ciertamente no hay hombre justo en la tierra
    que haga el bien y nunca peque.
  • La lengua del justo es plata escogida,
    pero el corazón de los impíos es poca cosa.
  • Hay bendiciones sobre la cabeza del justo,
    pero la boca de los impíos oculta violencia.
  • Los labios del justo dan a conocer lo agradable,
    pero la boca de los impíos, lo perverso.
  • El padre del justo se regocijará en gran manera,
    y el que engendra un sabio se alegrará en él.
  • Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará;
    Él nunca permitirá que el justo sea sacudido.
  • El impío pide prestado y no paga,
    mas el justo es compasivo y da.
  • La memoria del justo es bendita,
    pero el nombre del impío se pudrirá.
  • Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.
  • Porque tú, oh Señor, bendices al justo,
    como con un escudo lo rodeas de tu favor.
  • El nombre del Señor es torre fuerte,
    a ella corre el justo y está a salvo.
  • Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
  • ¡La Roca! Su obra es perfecta,
    porque todos sus caminos son justos;
    Dios de fidelidad y sin injusticia,
    justo y recto es Él.
  • Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.
  • Mejor es lo poco del justo
    que la abundancia de muchos impíos.
    Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
    mas el Señor sostiene a los justos.
  • Regocíjate sobremanera, hija de Sión.
    Da voces de júbilo, hija de Jerusalén.
    He aquí, tu rey viene a ti,
    justo y dotado de salvación,
    humilde, montado en un asno,
    en un pollino, hijo de asna.
  • Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.
  • Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
  • He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
  • Siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe aumenta grandemente, y el amor de cada uno de vosotros hacia los demás abunda más y más.
  • Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le teme y hace lo justo, le es acepto.
  • Bueno y recto es el Señor;
    por tanto, Él muestra a los pecadores el camino.
    Dirige a los humildes en la justicia,
    y enseña a los humildes su camino.
  • Reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado.
  • Por tanto, el Señor espera para tener piedad de vosotros,
    y por eso se levantará para tener compasión de vosotros.
    Porque el Señor es un Dios de justicia;
    ¡cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan!
  • Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy tu sanador.