Versículos de la Biblia sobre 'Libertad'
- Y andaré en libertad,
porque busco tus preceptos. - Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solo que no uséis la libertad como pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
- Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
- Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud.
- Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios.
- El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres.
Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos,
y la recuperación de la vista a los ciegos;
para poner en libertad a los oprimidos. - Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.
- El Espíritu del Señor Dios está sobre mí,
porque me ha ungido el Señor
para traer buenas nuevas a los afligidos;
me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón,
para proclamar libertad a los cautivos
y liberación a los prisioneros. - Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.
- Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.
- En medio de mi angustia invoqué al Señor;
el Señor me respondió y me puso en un lugar espacioso. - Dios prepara un hogar para los solitarios;
conduce a los cautivos a prosperidad;
solo los rebeldes habitan en una tierra seca. - Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.
- Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
- Yo te amo, Señor, fortaleza mía.
El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador;
mi Dios, mi roca en quien me refugio;
mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable. - Muchas son las aflicciones del justo,
pero de todas ellas lo libra el Señor. - Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.
- Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
- ¿No es este el ayuno que yo escogí:
desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las coyundas del yugo,
dejar ir libres a los oprimidos,
y romper todo yugo? - ¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!
- Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación,
por la gloria de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. - Por tanto, hermanos, sabed que por medio de Él os es anunciado el perdón de los pecados; y que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés, por medio de Él, todo aquel que cree es justificado.
- Aunque la higuera no eche brotes,
ni haya fruto en las viñas;
aunque falte el producto del olivo,
y los campos no produzcan alimento;
aunque falten las ovejas del aprisco,
y no haya vacas en los establos,
con todo yo me alegraré en el Señor,
me regocijaré en el Dios de mi salvación. - Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y esta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir Él esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por Él.
- Los que amáis al Señor, aborreced el mal;
Él guarda las almas de sus santos;
los libra de la mano de los impíos.
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